Llamada "La Tierra del Sol Amada", Maracaibo es una ciudad ubicada al noroeste de Venezuela y al noroeste del Lago de Maracaibo (el más grande de Sudamérica). Con una extensión de 557 km2. Para mi una de las ciudades mejor maquillada de Venezuela, urbanisticamente hablando, por lo menos nuestro gobernador se ha preocupado en darle una mejor imagen a los que vienen a visitarnos, sin adentrarse mucho en sus partes intimas, pero definitivamente con la misma carga de problemas que tendría cualquier ciudad de Venezuela o país tercermundista.
Aquí en esta ciudad, descrita anteriormente, estoy domiciliado, y por mi introducción a este relato no quiero que piensen que soy uno de esos maracuchos regionalistas, soy maracucho, (oriundo de Maracaibo, ciudad de Venezuela) pero he vivido en otras ciudades de este hermoso país, y bueno me gusta más decir que soy venezolano.
Soy Ejecutivo de ventas, así nos llaman ahora, antes éramos simples vendedores, trabajo en una empresa especializada en la importación y comercialización de accesorios de videojuegos y equipos electrónicos a nivel nacional;(valga la cuña), podría decirse que soy un carajo normal, romántico y soñador. (Es broma), no tengo nada de romántico, pero quizás si un poco de soñador, como cualquier venezolano de hoy en día, que sueña con un país mejor, donde cualquier persona que tenga las maneras o los recaudos exigidos por ley, pueda comprar un carro nuevo, sin tener que estar en una lista de espera de tres o cuatro meses (quizás mas), y donde los organismos públicos funcionaran de manera ágil, eficaz, y en función de servir al publico, como su nombre lo indica, sin distinción de militancia política, ni listas tasconiles. ¡Si ya lo se! Que iluso, pero bien lo dice el dicho… ¡soñar no cuesta nada! y precisamente este es el motivo de la historia que voy a narrar a continuación.
Hacían las 3:00 a.m. de la madrugada de un miércoles del mes de julio, del presente año 2006, aunque no había dormido casi nada, me mantenía atento, como quien duerme con un ojo abierto para no sucumbir al sueño pesado que ameritaba mi cansancio, en mi mente residía una sola preocupación que me mantenía despierto, durante las noches anteriores a ese miércoles me atormentaba la misma idea, sin embargo lograba apaciguarla con otros pensamientos hasta quedarme dormido, pero como se sabe el tiempo avanza y no espera, ese día llego y no había marcha atrás.
Decidí levantarme, la pesadez por la falta de sueño era brutal, por momentos pensé en mandarlo todo al carajo, enrollarme en la cobija, y entregarme por completo a lo que ansiaba verdaderamente, dormir y dormir, pero el sentido de responsabilidad (eso creo) me empujaba a emprender dicha y difícil tarea. Miro el reloj, marcaba las 3:30 a.m., el tiempo transcurría a pasos vertiginosos, pero mi metabolismo estaba demasiado lento y no era compatible, sabía que todo terminaría con solo poder llegar a la ducha y abrir la llave, pero el esfuerzo seria casi animal, aun así persistía mi deseo por llegar a lo que parecía tan inalcanzable, “La ducha”.
3:35 a.m. Por fin después de tanto luchar con la modorra que hospedaba en mi, logro que mi propósito se cumpliera, pude abrir la llave y sentir como se lavaba mi cuerpo de tanta pesadez, todos mis sentidos despertaban y mi check panel con una luz roja “Loading” intermitentemente indicaba la activación de todo mi metabolismo. Al fin despierto, pensé, el tiempo sigue corriendo y ya yo estaba listo para lo que venia.
3:45 a.m. Salgo del baño enrollado en una toalla a medio cuerpo, antes de llegar a mi habitación pienso en poner la cafetera a trabajar para cuando termine de vestirme, este listo tan preciado liquido, (El café, para mi es indispensable antes de salir a cualquier hora en la mañana), pero por instantes miro de nuevo el reloj y desisto de mi plan por ver como el tiempo seguía ganándome la partida, sigo mi camino hacia mi habitación y a toda prisa logro vestirme y salir por fin del apartamento.
3:55 a.m. Una vez en el ascensor recuerdo que en el sótano me espera el carro de mi hermana (Un Fiat Tempra) todo tuniao (tuning), tú sabes... Ósea Hello, Ella bondadosamente me lo cedió por no poder manejarlo; yo hacia dos meses había vendido mi “Black Hawk”, fiel e inseparable amigo, cómplice y confidente en muchas aventuras, (Mi mitsubishi MF negro del año 92), tuve que desprenderme de el porque ya su mantenimiento se asemejaba a las cuotas mensuales que podía pagar por uno nuevo, así que con el firme propósito de hacerlo, lo vendí; Entre mis gustos figuraba un conocidísimo compacto de la marca japonesa TOYOTA. Pero como dije anteriormente; Sueño con un país mejor. Y aun estoy en una lista de espera. ¡NO HAY! te dicen cuando vas al concesionario,Claro esta, hablo de ir a comprarlo sin tener Palanca, como dice una canción de los ya desaparecidos,pero muy recordados "Sentimiento muerto": “no hay cosa imposible; si no, hombre sin palanca” (Una Educacion Superior).
3:57 a.m. Las puertas del ascensor se abren, estoy en el sótano, presiono el botón del control, se escucha el singular… Tuic, tuic, que desactiva la alarma del carro de mi hermana, al encenderlo el estruendo del muffle en el escape, hace que se detonen todas las alarmas de los otros carros que allí pernoctan, y una especie de concierto con sonidos alertantes y electrónicos comienza a sonar en el sótano del edificio, era como una especie de auditorio automotriz, en donde el único espectador humano era yo; y a lo que podría añadir que gozaba de muy buena acústica.
Una vez, ya devuelto a la realidad, recuerdo la hora que era, y lo que acabo de describir podría ser solo mi muy particular punto de vista, es muy seguro que no seria así para el resto de los inquilinos durmientes del edificio, veo una sonrisa maliciosa en mi cara reflejada en el espejo retrovisor…je je…Y ya, decidido a salir del sótano hago roncar una vez mas el muffle del escape para así ir alejándome en lo que seria el cierre y la despedida del artista de tan escandaloso concierto.
4:00 a.m. Incorporándome a la calle que da la salida del sótano, hago la parada que corresponde para ver si no viene carro, e imagino lo que seria una masiva mentada de madre por parte de todos los inquilinos del edificio, una vez mas se ve en mi cara esa sonrisa maliciosa, me termino de incorporar a la calle y veo la soledad de la misma, era de esperarse por la hora, trazo mi ruta mentalmente y prosigo, tenia mas o menos idea de donde era el lugar hacia donde me dirigía, pero nunca había ido, pensé que al acercarme al lugar la presencia de un gran numero de gente que quizás había pasado allí toda la noche, me indicaría el sitio exacto, enciendo la radio y sigo manejando, no hay nada bueno para mi gusto musical, pero igual la dejo sonando, sigo observando la soledad de las calles en Maracaibo y pienso, todavía somos un pueblo, un pueblo grande.
4:20 a.m. Tal como lo había pensado, al acercarme al lugar un cúmulo de gente me avisaba que ese era el sitio, así que bajo el vidrio de la puerta del carro para ver mejor, y reduzco la velocidad, veo un lugar amplio, un espacio cercado pero al aire libre, como especie de estacionamiento improvisado, hay un portón abierto que da paso al sitio, y muchos carros estacionados dentro del establecimiento, decido entrar, estacionar, e informarme con alguien del grupo de personas que allí se encontraba para ver como era el movimiento, me dicen que me debo anotar en una lista que tiene un soldado que esta parado junto al portón, y justo así mismo lo hice, me designaron con el numero 84, y pronto así fui llamado por el resto del grupo, dentro de todo pensé que era afortunado en ser el numero 84, por estar dentro de las primeras cien personas, no pude evitar acordarme de una antigua serie de televisión llamada “El súper Agente 86” , me sentí como el mismísimo Maxwell Smart, con dos números menos pero igualmente tonto por estar ahí en ese momento, mi mente empieza a recordar como fue que empezó todo.
Manu-Bass, (su nick virtual), es un carajo que conozco, un chamo, podría decirse adolescente de hoy en día que constantemente anda buscando como resolverse la vida, graba dvd`s, es músico, estudiante de La Universidad del Zulia, (LUZ), etc. etc. Actualmente me esta enseñando a tocar el Bajo, de allí su nick “Bass”, como cosa normal en un muchacho de su edad (17), siempre esta pendiente de las chicas y de la movida, por cariño le dicen “Manu quiere reproducirse”, (este es su otro apodo). Para mi debería llamarse: Manu Abdoul Ibrahim Yarafat… o algo así, porque siempre esta buscando sacarle dinero a todo, bueno no lo culpo. Un día mientras virtualmente con el hablaba, vi en su Messenger un aviso: Saco planillas por XX cantidad de dinero, la curiosidad me hace preguntarle a que se refería, o que clase de planillas era las que sacaba, gustosamente accedió a contestarme, y podía imaginar su sonrisa mientras me explicaba, también yo sonreía al ver la astucia que tenía el muchacho para ganar dinero desde la comodidad de su hogar solo teniendo una computadora como herramienta.
4:45 a. m. El tiempo sigue avanzando pero esta vez mas lento, me doy cuenta que soy yo el que esta desesperado, y el tiempo es ahora el lento, estoy dentro de el carro esperando a que llegue la hora, suena una vieja canción de un conocidísimo cantautor venezolano, su música suena en estos tiempos por lo que ahora llaman Neo-Folklore, mientras, con ese fondo musical, yo sigo recordando como vine a parar aquí.
Luego de la explicación de Manu acerca de las planillas en cuestión, pienso que seria de alguna manera provechoso para mi, sacar una de esas planillas, no tenia por que hacerlo, pero una voz interna me dijo; (Hazlo, quien sabe por si acaso)…Esto, aunado a mi espíritu aventurero y reporteril, dio como resultado, que negociara un precio con mi amigo Manu, Claro esta, inocente de que seria preciso que pasara por todo esto que vengo narrando.
Unas 50 pastas de dvd`s para grabar, fueron suficientes para cerrar el trato con Manu, (por tratarse de mi), llene la planilla, reuní los requerimientos necesarios, y Manu pauto la cita que me colocaría aquí en estos momentos.
A medida vengo recordando esto, creo que pude dormitar un poco, la falta de sueño estaba cobrando su factura, recuerdo que despierto, cuando escucho el ruido de los pasos de toda esa gente que allí estaba desde tempranas horas, muchos quizás desde la noche anterior, iban hacia algún lugar guiados por alguien, no se quien.
6:00 a.m. Salgo del carro tan pronto como puedo, y me incorporo al río de gente, siento que estoy un poco mareado y fuera de pote, pero mientras camino trato de enfocar bien mi vista, y estar atento, entramos a lo que bien se sabia era una guarnición militar, una vez adentro un tipo con una camisa y gorra roja nos daba instrucciones para que una vez nombrados formaramos una linea de espera para así entrar a una especie de patio interno dentro del mencionado cuartel militar
6:30 a.m. Después de sufrida media hora estando de pie, esperando que se acomodara tal cantidad de gente creo que habría unas 500 o 700 personas, por fin entramos al mencionado patio interno, habían sillas de esas de fiesta que son plásticas y muy incomodas, ordenadas en filas de diez, debajo de un pequeño techo, creo que entraríamos los primeros cien de la lista, parecía como si nos estuviéramos acomodando, o cogiendo palco, para ver algún espectáculo improvisado. Por todos lados había afiches con alusiones a las diversas misiones que emprende nuestro actual régimen, y debajo de unas matas de mango, había otras sillitas para ir sentando a los que por cuestiones de espacio (eso creo), se quedaban en la parte donde comenzamos a ordenarnos.
7:00 a.m. Una vez todos sentados empiezo en realidad a ver las personas que me rodeaban, o sea mis compañeros en singular aventura, había mas que todo gente dueñas de tiendas o negocios, que de alguna manera tenían posibilidades de viajar al exterior,(imperialistas, escuálidos y oligarcas) muchas de ell@s con el carro parado seguramente en el gran estacionamiento improvisado del que hable pocos párrafos atrás, y como era de esperarse enseguida entramos en ambiente, nos llamábamos los unos a los otros por su numero, y no por sus nombres, éramos como presos, o no se que, marcados por un numero, en instantes recordé cierto versículo del Apocalipsis que dos noches anteriores había visto en la famosa película “La Profecía” aquel que empieza : “Aquí hay sabiduría , el que tiene entendimiento cuente el numero de la bestia…bla bla bla
7:30 a.m. La falta de sueño era implacable con mi cuerpo y alma, el hambre y la escasez de cafeína en mi sangre comenzaba a fastidiarme, pero a pesar de , todo marchaba bien, hasta la hora que llega un hombre con rasgos y acentos cubaniles y nos indica cual maestro de escuelita, que debíamos buscarnos en unas listas que estaban allí pegadas a una de las paredes que colindaba con el improvisado anfiteatro, e identificarnos con un código, que debía aparecer al lado de nuestro nombre escrito, dicha búsqueda debíamos hacerla levantándonos de tres en tres, ordenadamente y haciendo distancia en la fila (Bueno eso fue lo que falto), en ese momento, es cuando de repente llegan tres soldados a avisarnos que debíamos sacar los vehículos de aquel gran estacionamiento. ¿Pero porque?... la pregunta, al parecer había llegado un coronel y no le gusto la masiva presencia de nuestros vehículos en su cuartel, y bueno ordeno a tres de sus lacayos, perdón, soldados, a que de cualquier forma nos hicieran sacar nuestros carros de allí. Enseguida comenzó el despelote, al ver que la situación comenzaba a salírseles de las manos, comenzaron las amenazas, y los amedrantamientos ¡Si no los sacan nos veremos en la obligación de remolcarlos en una grúa, y cancelamos el concierto, perdón, el show, perdón, bueno vale,… el proceso!
8:30 a.m. Después de tan inesperada interrupción, cada uno, de los que habían estacionado dentro del mencionado establecimiento militar, pudieron ir sacando sus vehículos e ir estacionando a la orilla de la avenida que pasaba por el frente de la guarnición o cuartel, como quieran llamarlo, a mi particularmente me toco estacionar bien lejos de la entrada, pero no había sol, así que no tuve problema en caminar un poco, salvo por que no había comido nada, y bueno ya el tono de descargado empezó a sonar en mi, uds.saben ese… turup, que empieza a sonar en los Telf. Celulares cuando la batería esta descargada, (Que ladilla).
A medida que se iban incorporando otra vez a las filas, después de sacar sus carros, iban pasando por fin a lo que seria el final del proceso, era como la meta de una gran carrera o rally, al que todos los presentes queríamos, mejor dicho, ansiábamos llegar. Una habitación u oficina igualmente improvisada y habilitada para semejante tarea, de diez en diez íbamos pasando, a veces entraban menos, quizás ocho solamente, y el intervalo de tiempo entre cada grupo era mas o menos de 20 a 30 minutos.
9:30 a.m. El tiempo seguía transcurriendo, el ambiente y la confianza se hacían cada vez mas permeables entre los participantes, desde mi asiento observaba como a esa hora llegaban personas y pasaban de una vez al cuarto aquel que significaba, “La meta” para nosotros, fue imposible dejar de recordar aquel sueño de un país mejor, en donde quizás, me falto agregar: Un país donde el amiguismo, o el creerse mas vivo e importante que los demás, no sea motivo de orgullo, si no de vergüenza. Impotente ante esta realidad, pero igual decidido a seguir mi propósito, seguía esperando mi turno a entrar, debo confesar que ya el hambre hacia estragos en mi estomago, seguido de un leve dolor de cabeza, que le atribuyo a la falta de cafeína en mi sangre. De pronto, un milagro, un señor, se apareció en frente de todos nosotros, cual maestro de ceremonias, o presentador de un gran show, sus palabras fueron: “Tengo arepitas calientes con carne mechada y guarapo de papelón con limón para los que tienen hambre”. Sound like a sweet melody, para mis oídos, me hubiese gustado mas que vendiera también café, pero era mucho pedir, enseguida me pare de mi asiento y antes de que se formara el zaperoco por la multitud hambrienta, logre pedirle al Mesías, perdón al señor, dos arepitas de esas, y su respectivo vaso de papelón con limón, en ese momento nada importaba mas que saciar mi apetito, y hacer levantar la aguja que marcaba Empty en mis sistemas, todo lo demás era secundario, por suerte cargaba el sencillo exacto para lo que había pedido, el señor no tuvo que darme el vuelto. Gracias a dios, porque enseguida se abalanzo una multitud sobre mi, y bueno difícilmente pude salir ileso de aquel bululú.
10:30 a.m.
Ya con las baterías recargadas y el corazón contento, como dice el dicho, tengo que aceptar que la suerte estaba de mi lado, o que al menos papadios estaba ahí conmigo, enseguida llego mi turno de entrar, y mi estado de euforia por haber ingerido alimento alguno, paso a ser una sensación de angustia, por no saber que me aguardaba, o con que, me podían salir aquellos funcionarios encargados de concederme tan presuntuosa petición, quisiera aclarar que en ningún momento sentí que ejercía mi derecho como venezolano a solicitar algún documento de identidad, la sensación que tenia era como un miedo muy remoto dentro de mi, que me decía que quizás por haber firmado en aquel revocatorio en el que todos creíamos, no me iban a tramitar dicho documento de identidad, todo esto infundado en tantas cosas que se oyen hoy en día acerca de este tipo de situaciones, misiones o cuestiones, de nuestro actual régimen, ese día yo estaba ahí, dispuesto a corroborarlo
Las puertas de aquella habitación habilitada como oficina de la antigua DIEX, hoy llamada ONIDEX, se abren y siento cierto tipo de nerviosismo o sensación de angustia, como comente anteriormente, no se porque, pero así me sentía.
Entro, sigo en la cola de las personas que estaban delante de mi, y para mi asombro, todo estaba en orden, aunque sentía cierta presión en el ambiente, todo encajaba, aquellos funcionarios vestían de rojo y traían puestos chalecos de color crema o caqui tipo safari, en la parte de la espalda del mencionado chaleco decía: “Comando Anticorrupción” enseguida recordé aquellas personas que vi pasar cuando estaba en la misma cola pero allá afuera, y una sonrisa volvió a relucir en mi cara, esta vez muy irónica, entrego los documentos por ellos requeridos, el funcionario que me atiende, los revisa cuidadosamente, y me hace poner mis huellas dactilares tal cual lo esperado en este tipo de actos, con esto ponía fin a todo el proceso este que vengo narrando.
10:50 a.m. Airoso, eufórico, salgo de aquella oficina, toda aquella falta de sueño y fastidio se me había olvidado, por instantes oía el coro de aquella vieja canción de Queen: “We are the Champions” voy caminando hacia el carro que había estacionado bien lejos de la entrada de aquella guarnición esta vez si hay sol, mucho sol, y aunque todo parecía un sueño , muy dentro de mi sabia que aun faltaba mas de este proceso , apenas esta era la primera parte , solo había: “CONSIGNADO LOS DOCUMENTOS PARA SACAR EL PASAPORTE”
Las puertas de aquella habitación habilitada como oficina de la antigua DIEX, hoy llamada ONIDEX, se abren y siento cierto tipo de nerviosismo o sensación de angustia, como comente anteriormente, no se porque, pero así me sentía.
Entro, sigo en la cola de las personas que estaban delante de mi, y para mi asombro, todo estaba en orden, aunque sentía cierta presión en el ambiente, todo encajaba, aquellos funcionarios vestían de rojo y traían puestos chalecos de color crema o caqui tipo safari, en la parte de la espalda del mencionado chaleco decía: “Comando Anticorrupción” enseguida recordé aquellas personas que vi pasar cuando estaba en la misma cola pero allá afuera, y una sonrisa volvió a relucir en mi cara, esta vez muy irónica, entrego los documentos por ellos requeridos, el funcionario que me atiende, los revisa cuidadosamente, y me hace poner mis huellas dactilares tal cual lo esperado en este tipo de actos, con esto ponía fin a todo el proceso este que vengo narrando.
10:50 a.m. Airoso, eufórico, salgo de aquella oficina, toda aquella falta de sueño y fastidio se me había olvidado, por instantes oía el coro de aquella vieja canción de Queen: “We are the Champions” voy caminando hacia el carro que había estacionado bien lejos de la entrada de aquella guarnición esta vez si hay sol, mucho sol, y aunque todo parecía un sueño , muy dentro de mi sabia que aun faltaba mas de este proceso , apenas esta era la primera parte , solo había: “CONSIGNADO LOS DOCUMENTOS PARA SACAR EL PASAPORTE”
